Córdoba
Ahora dice que su gente puede pagar el cospelazo
Teresa Saravia es la concejal que en febrero pasado había truncado con su voto negativo el aumento del cospel causándole un dolor de cabeza al intendente, que primero dijo que respetaba la opinión del bloque y luego anunció que insistiría con el aumento. Esto sería el mes próximo, mientras tanto, Saravia salió a anticipar ayer que esta vez apoyará la suba. ¿Es que sus representados, las personas de bajos recursos, se habrán beneficiado en estos dos meses con un salariazo que justifique su repentino cambio de opinión?, es lo que se pregunta nuestro periodista ciudadano.
Martín Menditto.
La Concejal del Frente Cívico y Social Teresa Irma Saravia declaró que está de acuerdo con un posible aumento del boleto para el transporte urbano. Con esto, contradice su actitud del 14 de febrero cuando voto por la negativa al proyecto presentado por la municipalidad a los fines de lograr un incremento que elevaría el costo del cospel a $1,60.
Como nada ha cambiado para mejor en el contexto general de la situación, no se entiende el cambio de opinión de Saravia. El servicio de Transporte Público sigue siendo tan malo como era entonces, o peor debido al desgaste de las unidades. Por otro lado, cuando la edil del Frente Cívico y Social votó en contra del aumento, lo hizo argumentando que las personas de menores recursos no estaban en condiciones de hacer frente a ese incremento. En estos dos meses no hubo ni un salariazo, ni nada que nos permita suponer que ahora los sectores de bajos y medianos ingresos están en condiciones de absorber un cospelazo; por el contrario, estos se han ido empobreciendo al licuarse su poder adquisitivo por los embates de la inflación.
En las condiciones actuales ninguna razón avala un aumento del cospel, eso sería materia de análisis si primero transforman este pobre servicio, incorporando unidades, arreglando las que ya existen, mejorando la frecuencia. Una vez que todo eso se aplique, recién se puede hablar de incrementar el precio del boleto.
Teresa Saravia ha intentado justificar su cambio de opinión argumentando que han subido los costos para las empresas que regentean el transporte público de pasajeros, dando a entender que ese incremento debe ser trasladado al precio del boleto. Excusa poco sólida y que se invalida al exponer que al usuario también se le ha encarecido el costo de vida, deteriorando en forma significativa su posibilidad de consumo. Ante un factor similar que condiciona a las dos partes, las empresas y los usuarios, la clase política debe optar por defender al sector más débil, que en este caso son claramente los pasajeros, que no reciben subsidios, ni tienen la opción de trasladar el aumento de sus costos a un tercero.
Esta declaración de Saravia es una invitación para que las autoridades municipales insistan con su proyecto de elevar el precio del cospel, por ende es también una mala forma de darle la espalda a la clase media y baja que dice defender, con la cual tuvo un muy buen gesto aquel 14 de febrero. En ese momento muchos alabamos y nos entusiasmamos con la valentía demostrada por la concejal al votar en contra de su propio bloque, pero lamentablemente este repentino cambio de opinión de la edil la emparienta con las actitudes viles, corporativistas a las que nos tiene acostumbrado la clase política tradicional.
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